Topicazos sobre frutas y verduras en Onda Cero

Para una vez que salgo del trabajo temprano un lunes, voy y me encuentro un atasco monumental en mi vuelta a casa.

Y me digo a mí mismo… Bueno, pues me pongo la radio.

Y es que ya casi no escucho la radio, ni veo la tele, ni leo periódicos. No suelo encontrar en los medios generalistas nada que me interese.

En cambio, cada vez consumo más prensa especializada (incluso de ámbitos que no son los míos, pero me interesan por curiosidad intelectual), blogs de divulgación, podcasts muy diversos (de historia, filosofía, negocios, start-ups, frikis, etc.) y una cuidada selección de cuentas en redes sociales (incluyendo a perfiles con ideas completamente diferentes u opuestas a las mías).

Bueno y una confesión de un sucio secretillo: “bloqueo a todos los periodistas y medios deportivos que se cruzan por mis redes sociales”. Me gusta seguir algunos deportes y los algoritmos de las redes sociales me llenan el “feed” de lo más insufrible e insustancial del mundo, el periodismo deportivo moderno.

Pero retomo lo que os estaba contando. Pongo la radio y aparece en mi dial Jaime Cantizano en su programa de la tarde de Onda Cero. Y este presentador comienza una letanía que he escuchado mil veces…

“Que si las frutas y verduras ya no es lo que eran”

“Que ya no saben a nada, pero son muy bonitas”

Y para finalizar, antes de presentar al invitado, se despacha con: “pero no os preocupéis, que todo tiene solución”

La «solución» la trae el invitado, un joven bombero forestal que está rescatando semillas de variedades hortícolas antiguas de su zona.

Con todo el respeto para el bombero forestal y su hobby (tal y como él acertadamente lo define), me pregunto cómo hemos llegado hasta aquí.

Entiendo que la historia tiene ciertos ingredientes que la hacen atractiva. La nostalgia del pasado (todo tiempo pasado fue mejor). El romanticismo rural y épico del esfuerzo individual de un joven por rescatar un mundo que va desapareciendo (él solo contra el mundo).

Y cómo no, abunda en los tópicos que hacen de menos a las frutas y hortalizas que llegan a los lineales de los supermercados y las fruterías.

Aparte de que niego “la mayor” porque el nivel de las frutas y hortalizas es el mejor de la historia, no encontrareis el mismo discurso con otros alimentos procesados.

No encontrareis programas de divulgación generalista hablando de cómo los yogures ya no son lo que eran. Y lo entiendo. Sé de dónde viene el descontento. Las frutas y hortalizas no son homogéneas. La misma variedad cambia el perfil de sabor y consistencia a lo largo del periodo de cultivo. Y, además, nuestros productos enseguida pierden la frescura.

Pero como decía… ¿cómo hemos llegado hasta aquí?

Y casi que me siento (colectivamente) culpable. El sector no consigue llegar con historias a los medios generalistas. Y las que llegan son cómo las de Ondacero o similares. (Ver aquí otro post de mi blog donde ridiculizaba a la revista Vogue)

Yo hago la guerra por mi cuenta con el blog y el podcast, pero me doy cuenta de que me dirijo a gente como yo, usando canales, temática y tono “no generalistas”. Incluso cuando me han llamado de la televisión nacional para participar en debates que tenían que ver con frutas y hortalizas, he declinado asistir.

Así que tampoco tengo mucho derecho a criticar, pero me sigue pesando la falta de presencia del sector en fondo y forma.

Sin ir más lejos, hay una historia mucho más épica que las variedades recuperadas de tomates del bombero forestal del programa de Onda Cero y está sucediendo en este mismo momento.

Las casas de semillas de medio mundo (junto con los productores) están luchando por la supervivencia de las variedades de tomates. O mejor explicado, todas las variedades de tomates actuales están condenadas. Ninguna variedad actual será la misma en unos pocos años.

Un virus (el virus del rugoso) va a cambiar el mapa mundial de la genética de tomate.

Hay inversiones masivas, trabajo frenético en centros de investigación y experimentación, y multitud de ensayos en fincas agrícolas. Una parte importantísima de este esfuerzo colectivo de conocimiento e investigación está sucediendo en España.

Y siento comunicarle al abnegado bombero forestal que, tarde o temprano, sus variedades de tomates serán arrasadas por el virus del rugoso. Porque la solución al desarrollo y conservación de la riqueza genética de las variedades vegetales que consumimos es de una dimensión tan enorme e importante que me preocupa que la banalicemos.

De manera que, ¿quién quiere contar la historia?

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