En el post anterior os preguntaba por factores competitivos y he de reconocer que me han llegado buenas aportaciones. Sin embargo, cometí un desliz. Utilicé la palabra “estrategia” para conectar los factores competitivos con la posibilidad de desarrollar un “concepto de compra-venta estratégica” para nuestro negocio hortofrutícola.

Al momento, el siempre atinado José Manuel Escobar de LQ THINKING ORGANIC SL, ponía el dedo en la llaga en los comentarios de Linkedin.

– ¿Conoces alguna empresa de exportación que tenga un plan estratégico de venta? – Me suelta mi amigo para finalmente recalcar… “no los conoces porque no existen, son como los Unicornios”.

Y claro, aparte de reírme con la ocurrencia y el tono desenfadado, me doy cuenta de lo poco que me gusta la palabra Estrategia desde hace años. Cuando queremos darle empaque y seriedad a algo decimos que el tema es estratégico. La palabra se ha pervertido tanto que ya no sabemos qué es estratégico y qué no. O quizás no lo supimos nunca y es uno de esos palabros que requiere infinitas matizaciones.

Y no me refiero a José Manuel, él sí lo sabe (solo hay que visitar su empresa para percibirlo)… pero a mí, tras publicar el post, se me agolparon los últimos tres libros leídos sobre el tema y la propia experiencia en mi trabajo anterior y en el actual, en una tormenta de contradicciones. Y ya sólo sé que no sé nada.

Aquí los libros para los que tengan curiosidad:

Playing to Win: How Strategy Really Works. A.G. Lafley and Roger Martin.

Good Strategy/Bad Strategy: The difference and why it matters. Richard Rumelt.

Safari a la estrategia. Una Visita Guiada Por La Jungla Del Management Estratégico. Henry Mintzberg, Bruce Ahlstrand, Joseph Lampel.

Pues bien, me levanto en la mañana del sábado siguiente a la publicación del post para llevar a la niña a que monte un rato a caballo y me desayuno con el hilo semanal en Twitter del inclasificable @Recuenco (al que os animo a seguir) y que en esta ocasión va sobre… Estrategia (y claro sorpresa, el universo conspira para que mi mente no me deje relajarme ni en fin de semana).

En fin, que el señor Recuenco empieza darle “con todo” a lo de la estrategia con sus propias frases, las de Rumelt, Roger Martin y muchos otros:

– «Strategy is choice» me parece mucho menos potente que «Strategy is Problem Solving», pero uno no elige sus epifanías. Además, Rumelt menciona reiteradamente aquello de «La estrategia es renunciar».- dice.

Y sigue… (hago una selección aquí, pero podéis ver el hilo completo en este enlace RECUENCO)

  • «Solo en la identidad se guarda la ventaja»
  • «La competencia es diverger, no converger»
  • “… necesario entender que situaciones diferentes generan ventajas diferentes”
  • “La estrategia es fundamentalmente un ejercicio de pensamiento independiente, creativo, fuera del beaten path
  • “La planificación, la gestión de la incertidumbre, la ilusión de control, nos lleva a hacer planes estratégicos. Un plan estratégico es como un presupuesto anual, una pollada. Un wishful thinking.”
  • “Muchas veces no nos damos cuenta de que vivimos una serie de relatos que identificamos con la realidad porque es compartido por la gente suficiente como para ser indistinguible.”
  • “La estrategia y la táctica vienen en realidad en el mismo bote y mezclados, como las mezclas de aceite y vinagre para hacer picnic. La separación no es realista, el sistema es dinámico, requiere constantes ajustes en tiempo real.”
  • “Alejandro Salazar (y Rumelt) dice que la estrategia no es un plan. Uno se da cuenta de que plan estratégico es un oxímoron.”
  • “Y además no se entiende la estrategia como un sistema dinámico constantemente en renovación.”

Cada una de estas frases rescatadas de su hilo me interpela personalmente en mi propia experiencia personal del negocio hortofrutícola y me llegan los ecos de esos mismos libros que yo también el leído. Pero me voy centrar en una sola de ellas.

En nuestro negocio, incluso si pudiéramos ponernos de acuerdo con qué es estrategia, la estrategia y al táctica van a estar unidas. Toda resolución de un problema en nuestro mundo es contextual. La respuesta adecuada (o la menos mala) lo será en función del contexto y puede contradecir “posicionamientos estratégicos” que asumimos como escritos en piedra una vez que los hemos decidido.

Nuestro mundo es enormemente dinámico, aparte de que se empeñan en cambiarnos las reglas de juego de manera sorpresiva, la volatilidad es inherente al negocio. Creo que en nuestro sector tiene más valor “estratégico” unos principios de acción claros que un plan formal. Para cuando queremos medir y hacer seguimiento del plan, nuestras ventanas de decisión y oportunidad se han cerrado todas.

Me parece que el plan estratégico tradicional, tal y como me lo enseñaron en el Master de Negocios hace muchos años, no tiene cabida en nuestro mundo. Pero esto es otro “melón” que mejor no abrir… que no doy abasto con el blog, mi trabajo y terminar el libro.

Os recuerdo que seguiré planteando preguntas con periodicidad semanal sobre diversa temática que planeo incluir en un próximo libro dedicado al negocio hortofrutícola.

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